La idea surge de la cada día más creciente necesidad de espacio y aplicaciones que un ciudadano tiene para poder gestionar sus “vida digital” (fotos, videos, documentos de trabajo que precisa llevar encima o tener en casa, datos asociados a flujos de comunicaciones como e-mail, redes sociales, etc.) y de soluciones que Proveedores de Servicios Cloud están ofreciendo para resolver en parte ese problema (por ejemplo: Dropbox, SugarSync o Ubuntu One) permitiendo que el usuario pueda “sincronizar” la información (toda o la parte que él decida) que almacena en todos sus dispositivos: el PC del trabajo, el PC de casa, el iPAD, el móvil, etc. Algunas de estas soluciones también permiten compartir la información con otros usuarios que usen el mismo servicio.

La diferencia distintiva de los servicios del tipo “Personal Cloud” es que están centrados en el usuario (user-centric) a diferencia de los modelos precedentes que estaban centrados en la aplicación (appplication-centric) ya que los datos estaban vinculados a la aplicación. Además, el ámbito de la nube, es en principio, la de todos los dispositivos del usuario que él decida integrar en su Cloud Personal y, además, una copia de la misma que existe en la nube (en principio codificada para que solo el usuario pueda tener acceso a ella) con la ventajas que ello aporta, tener una copia de seguridad en la nube, o en caso de necesidad (por no tener ninguno de nuestros dispositivos a mano) poder acceder desde otro ajeno (con las medidas de seguridad adecuadas), además ello también posibilita compartir parte de dicha información con amigos, e incluso el trabajo colaborativo.

En consecuencia el modelo de Cloud Personal define, en principio, un servicio de almacenamiento ubicuo y al que no le importa desde donde se accede a la misma (como se dice actualmente, es agnóstico del dispositivo de acceso y de la localización del mismo), y la información fluye en todos los sentidos entre los dispositivos que integran la Cloud Personal.

Muchos de los servicios existentes están siendo provistos por relativamente pequeñas empresas (como las antes mencionadas DropoBox, SugarSync, etc.) que, en muchos casos, han montado su oferta sobre los servicios S3 de Amazon (o de proveedores IaaS similares), y deben su éxito tanto al nicho de mercado que ha descubierto, como al haber combinado hábilmente las facilidades de uso de un Servicio tipo SaaS, con las necesidades de infraestructuras de almacenamiento de tipo IaaS que quedan totalmente recubiertas (y ocultas) para el usuario por la capa de servicio recibido, de forma que el usuario solo ve un amigable, sencillo y cómodo servicio SaaS.

Por otra parte, la creciente popularidad de las Cloud Personal ha hecho que los grandes del mercado lancen sus propios servicios al respecto (por ejemplo, el iCloud de Apple, el SkyDrive de Microsoft, o el inminente drive de Google) y que las mismas se integren (o estén camino de ello) con el resto de su catálogo de servicios del tipo web 2.0 (redes sociales, blogs, etc.), circunstancias que en mi opinión producirá, por una parte, transformaciones adicionales en los mismos, y por otra parte completará la definición de Personal Cloud que dimos al inicio de este comentario, y en la que pretendimos aclarar que los servicios de Cloud Personal no solo conciernen al almacenamiento de datos personales (su razón de origen), sino también a las aplicaciones personales del usuario.